
"A nuestros niños y niñas, los ciudadanos más vulnerables de cualquier sociedad, les debemos una vida libre de violencia y de miedo."
Creemos que la infancia tiene derecho a crecer en un entorno seguro, libre de violencia y protegida de cualquier amenaza. Nuestra Declaración de Derechos Humanos reafirma nuestro compromiso de abordar tanto las causas sistémicas como los factores interpersonales que ponen en riesgo su seguridad, incluyendo las desigualdades económicas y raciales, así como los desafíos ambientales. A través de un enfoque centrado en la infancia y la juventud, las experiencias de las personas sobrevivientes y la colaboración comunitaria, trabajamos para garantizar que esta población en Oregón crezca con seguridad, sentido de pertenencia y bienestar. Nos comprometemos a impulsar cambios en las políticas, promover la justicia social y fortalecer la acción comunitaria para construir un futuro más seguro y equitativo para las nuevas generaciones.
La seguridad de la infancia, así como su derecho a vivir libres de daño y del temor a la violencia, es un derecho humano fundamental, tal como se articula en la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, que establece que «toda niña y niño tiene derecho a la vida, a la supervivencia y al desarrollo» (UNICEF, 1989, Artículo 6), y debemos tomar «todas las medidas apropiadas [...] para proteger a la infancia contra toda forma de violencia física o mental, lesiones o abusos, descuido o trato negligente, y explotación (Artículo 19).
En el Centro para la Seguridad y el Bienestar Infantil (CSAW, por sus siglas en inglés) compartimos esta visión.
Pertenecemos a un grupo de integrantes de la comunidad que trabaja por un futuro en el que la infancia de Oregón viva en un entorno seguro, con sentido de pertenencia y conexión; en el que todas las familias cuenten con el apoyo y los recursos que necesitan; y donde la sociedad en su conjunto actúe de manera constante para hacer posible este propósito. Reconocemos que para que esto sea una realidad tenemos que ir contracorriente[1], reconocer cómo la violencia se perpetúa en nuestra sociedad, respaldar a las personas sobrevivientes en su búsqueda de justicia y comprender la interseccionalidad de la violencia infantil, influida por factores como la marginación y el estatus socioeconómico. La politización de los derechos humanos y la justicia social representan un obstáculo para esta lucha. Por eso, nos apoyamos en la investigación, las voces de la juventud y la experiencia de personas sobrevivientes para comprender mejor la violencia social e institucional, así como las dinámicas que permiten que el daño interpersonal persista. Nuestro trabajo se guía por la creencia fundamental de que la seguridad en la infancia es un derecho humano fundamental y que existen formas de violencia que siguen amenazando su plena realización. Por ello, impulsamos el cambio de políticas, el activismo organizado por la justicia social y la acción individual con el fin de garantizar que la infancia y la juventud disfruten plenamente de este derecho.
- La violencia sistémica perpetúa la violencia interpersonal:
- La justicia económica es un derecho humano fundamental: La inestabilidad económica puede ejercer una presión abrumadora sobre las familias, aumentando el estrés y limitando el acceso a recursos esenciales para estrategias de afrontamiento seguras. En Oregón, la crisis de vivienda, junto con las dificultades para acceder a servicios de salud y cuidado infantil asequibles, afecta a miles de familias. En 2022, el 14 % de las niñas y niños en el estado vivían por debajo del umbral de la pobreza (Fundación Annie E. Casey, 2022). Conscientes de estos desafíos, en CSAW trabajamos en alianza con organizaciones locales y nacionales para fomentar el acceso a recursos y sistemas de apoyo que reduzcan la tensión familiar, ayudando a madres, padres y personas cuidadoras a satisfacer las necesidades de la infancia.
- Los sistemas antirracistas y las normas culturales que promueven la igualdad son derechos humanos fundamentales. Las comunidades históricamente excluidas de Oregón, incluyendo a las personas negras, indígenas y de color, se enfrentan a los efectos continuos de las desigualdades sistémicas que afectan el acceso a la educación, la vivienda y la atención sanitaria. El actual sistema de bienestar infantil separa de manera desproporcionada a las familias con infancias negras, indígenas y birraciales en comparación con las de otras razas, un patrón vinculado a desigualdades sociales y económicas más amplias. Al abordar estas cuestiones subyacentes, CSAW busca crear una comunidad en la que todas las infancias tengan la oportunidad de sentirse valoradas, seguras y conectadas.
- Adoptamos un modelo social de discapacidad y reconocemos los impactos perjudiciales del capacitismo, promoviendo el acceso universal como un derecho humano fundamental. Reconocemos que actualmente existe una falta de recursos para las infancias discapacitadas y neurodivergentes, así como para sus cuidadores. La evidencia muestra que la discapacidad y la neurodivergencia pueden ser factores de vulnerabilidad para las infancias, aumentando la probabilidad de daño interpersonal, incluyendo el acoso y la violencia sexual. Las infancias discapacitadas y neurodivergentes también enfrentan un mayor riesgo de depresión y intentos de suicidio. Reconociendo estos factores, en CSAW nos comprometemos a apoyar el bienestar de cada infancia y a crear una cultura informada por la justicia de la discapacidad.
- Autonomía corporal y derechos trans:
- El acceso de las infancias y las familias a la atención afirmativa de género es un derecho humano fundamental: Proteger el derecho de las infancias a la autonomía corporal, incluido su derecho a la identidad de género, es esencial para su sentido de sí mismas y su bienestar. Al encuestar a estudiantes de secundaria y preparatoria en todo el estado, el 43% de los estudiantes de identidad de género expansiva y el 33% de los estudiantes con orientaciones sexuales marginadas informaron haber considerado el suicidio en 2020 (ODE, 2023)[2]. CSAW incluye la seguridad en la identidad de género como parte del bienestar infantil y considera este factor en la forma en que se lleva a cabo la investigación.
- El acceso de las infancias y las familias a la atención reproductiva es un derecho humano fundamental: Las restricciones a la atención reproductiva están directamente vinculadas al bienestar de las familias. Las infancias nacidas de embarazos no deseados (cuando los abortos no eran accesibles) experimentaron un peor vínculo materno, inseguridad económica y un mayor riesgo de crecer en un hogar con violencia doméstica (Foster et al., 2018, Roberts et al., 2014).[3] CSAW se asocia con organizaciones que apoyan el derecho a elegir, la educación sexual y reproductiva segura y precisa, y reconoce la interseccionalidad de la autonomía corporal y la seguridad y el bienestar general de la familia.
- El acceso de las familias a la atención perinatal y materna es un derecho humano fundamental: La salud perinatal y materna es esencial para el bienestar de las infancias y las familias. En Oregón, las mujeres negras enfrentan más desafíos para recibir atención de calidad; experimentan tasas significativamente más altas de complicaciones relacionadas con el embarazo y mortalidad materna en comparación con sus contrapartes blancas, a menudo debido a sesgos implícitos y explícitos, acceso limitado a atención culturalmente competente e inequidades estructurales en los sistemas de salud. Asegurarse de que cada persona gestante reciba la atención que necesita ayuda a las familias y crea futuros mejores para las infancias. CSAW se asocia con organizaciones y agencias dedicadas a la atención perinatal y materna, específicamente para grupos tradicionalmente excluidos, reconociendo que el bienestar infantil se extiende al bienestar de las madres, padres y cuidadores (Autoridad de Salud de Oregón).
- La eliminación de culturas y pueblos agrava el maltrato infantil en todo el mundo:
- El acceso de las infancias y las familias a la sanación generacional y la recuperación cultural es un derecho humano fundamental: Las comunidades indígenas en Oregón han experimentado efectos duraderos de las injusticias actuales e históricas, que incluyen, entre otras, la reubicación forzada, la pérdida de tierras y el sistema de internados, lo que ha impactado la identidad cultural y el trauma familiar. En 2020, aproximadamente una de cada nueve personas adultas indígenas de Estados Unidos (11.4%) no recibió los servicios de salud mental que necesitaba, lo que representa la tasa más alta entre todos los grupos raciales/étnicos, excepto las personas de dos o más razas (Psychiatry.org, 2021). Este trauma histórico y las necesidades no satisfechas de salud mental de las personas adultas afectan profundamente la dinámica familiar. Abrazar y restaurar la identidad cultural y recibir apoyo culturalmente relevante puede ser un paso vital hacia la sanación. CSAW se basa en la experiencia vivida de las comunidades indígenas al desarrollar programas e investigaciones que impactan a las infancias nativas e indígenas en Oregón. Por favor, consulte los informes ‘Changing the Narrative’ producidos por The First Nations Development Institute.
- La libertad de la guerra y la colonización – el derecho a existir – es un derecho humano fundamental: Las personas cuidadoras que sufren estrés o trastornos de salud mental derivados de su exposición a conflictos armados presentan tasas más altas de maltrato infantil, tanto autoinformado por las infancias como reportado por los cuidadores (PMC 2019). CSAW se opone a cualquier acto de exterminio masivo o eliminación de pueblos a través de la guerra o la colonización, reconociendo el trauma psicológico y físico que estas violencias generan y perpetúan.
- La exposición a la violencia, ya sea directa o indirecta, es traumática y perjudicial:
- El acceso a la seguridad frente a la violencia comunitaria y la exposición mediática a la violencia es un derecho humano fundamental para las infancias y sus familias: La violencia persistente a nivel comunitario y global, los confinamientos en escuelas, los tiroteos masivos, los desastres naturale y la constante difusión de noticias angustiantes afectan la salud mental de las juventudes y sus familias. El estrés prolongado derivado de estas formas de violencia a gran escala incrementa los niveles de ansiedad y depresión, además de afectar funciones cognitivas esenciales como el aprendizaje y la memoria (Asociación Americana de Psicología, 2022). CSAW trabaja para construir entornos donde las juventudes se sientan seguras, priorizando la creación de espacios que contrarresten estos desafíos.
- Crecer en un entorno libre de exposición a la violencia de pareja es un derecho humano fundamental: Las infancias expuestas a la violencia de pareja en el hogar ven afectado su sentido de seguridad. En el estudio piloto sobre la prevalencia del abuso infantil en Oregón de 2019, el 31 % de los estudiantes encuestados reportó haber visto o escuchado violencia de pareja. El trauma del desarrollo, incluida la exposición a la violencia interpersonal, puede generar una serie de consecuencias a futuro y se ha vinculado con enfermedades crónicas y trastorno de estrés postraumático complejo en la adultez. CSAW trabaja para fomentar entornos más seguros para las familias y fortalecer los sistemas de apoyo que reduzcan el daño que enfrentan tanto las infancias como sus cuidadores.
- La seguridad dentro de las propias identidades es un derecho humano fundamental: Los crímenes de odio y la discriminación siguen siendo problemas significativos en Oregón. Entre 2021 y 2023, las personas de 17 años o menos experimentaron un fuerte aumento en crímenes e incidentes motivados por prejuicios (Línea de atención telefónica de respuesta a prejuicios del DJO, 2023). Sobrevivir a los impactos de la opresión se ha relacionado con una serie de daños físicos y psicológicos a largo plazo. CSAW reconoce los efectos psicológicos duraderos de los crímenes de odio en las infancias y sus familias, y prioriza la inclusión, la seguridad y la equidad.
- La violencia global impacta a las juventudes y familias en Oregón:
- La migración segura y la integración son derechos humanos fundamentales: Se espera que Oregón reciba alrededor de 1,000 personas refugiadas en 2025 a través del Programa de Reasentamiento de Refugiados de Estados Unidos, provenientes de más de 20 países, incluidos Afganistán, la República Democrática del Congo, Irak, Myanmar, Somalia, Siria y Ucrania (Refugee Care Collective, 2023). Las personas refugiadas suelen enfrentar múltiples factores de estrés, como barreras lingüísticas, dificultades económicas y traumas derivados de sus experiencias en sus países de origen. CSAW apoya iniciativas que valoren y respeten las fortalezas y experiencias únicas de quienes buscan asilo en Oregón.
- La trata de personas en Oregón y su conexión global:
- Vivir sin la amenaza de trata y explotación es un derecho humano fundamental: El corredor de la I-5 es una de las principales rutas de trata de personas, y la Línea Nacional contra la Trata de Personas reportó 248 casos en Oregón en 2023. Sin embargo, esta cifra representa solo una fracción del impacto real que la trata tiene en las comunidades del estado (Línea directa nacional contra la trata de personas, 2023). Reconociendo las necesidades específicas de quienes han sido afectades, CSAW se enfoca en brindar caminos hacia la seguridad y la comunidad, priorizando el respeto y el cuidado en los procesos de sanación.
- Impactos ambientales en las familias:
- La seguridad ambiental es un derecho humano fundamental: Los desastres naturales afectan significativamente el bienestar psicológico y emocional, pudiendo destruir hogares, comunidades y espacios seguros, además de limitar el acceso a recursos esenciales para las familias. Además, un estudio realizado por la Universidad de Oregón encontró que el cambio climático tiene un impacto significativo en la salud mental y emocional de las personas jóvenes: el 59% de 10,000 personas encuestadas reportaron sentirse muy o extremadamente preocupadas por el cambio climático (Laboratorio de Prevención del Suicidio de la Universidad de Oregón, 2022). CSAW reconoce estos efectos en el bienestar de las familias y continuará apoyándolas en la conexión con recursos disponibles ante desastres.
- El acceso a recursos limpios es un derecho humano fundamental: La mala calidad del aire y la exposición a sustancias químicas nocivas afectan la salud de las personas jóvenes en Oregón, aumentando las tasas de enfermedades y trastornos de salud mental. La exposición prolongada también puede afectar el crecimiento y el aprendizaje. Sustancias como los PFAS, presentes en el agua y el suelo, agravan estos riesgos y afectan la salud y el desarrollo (NIH, 2017). Abordar la contaminación y reducir las emisiones tóxicas es esencial para proteger a las juventudes. CSAW apoya legislaciones y organizaciones que priorizan el desarrollo y la salud integral de la niñez. Para más información sobre prioridades legislativas, consulta Our Children Oregon.
Al reconocer estos factores, entendemos la interseccionalidad de las violencias existentes y su impacto tanto en el desarrollo infantil como en la capacidad de madres, padres y personas cuidadoras para contar con los recursos necesarios para criar a niñas, niños y jóvenes saludables. Erradicar el maltrato infantil depende de garantizar cada uno de estos derechos fundamentales. Utilizamos estos principios como base para orientar nuestras alianzas, el enfoque de nuestra investigación y la manera en que promovemos el trabajo en la comunidad. Nos mantenemos firmes en nuestro compromiso de prevenir la violencia y fomentar la sanación, el sentido de pertenencia y el bienestar de la niñez y las juventudes.
[1] Concepto atribuido al obispo Desmond Tutu, activista sudafricano contra el apartheid y por los derechos humanos, IK Zola, J. McKinlay, S. Alinksy y otros.
[2] Datos extraídos de la Encuesta de Salud de Estudiantes de Oregón de 2020
[3] Puede encontrar la Declaración de elección reproductiva de la CSAW AQUÍ.
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